La OMS (Organización Mundial de la Salud) define a la salud como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Cualquier alteración en estos campos provoca alteraciones en el resto del organismo y la aparición de la enfermedad.
Lo realmente difícil no es tratar una determinada patología o disfunción, sino detectarla, saber exactamente qué es lo que le ocurre a nuestro paciente. Un problema en una rodilla, por ejemplo, no tiene por qué tener su origen en ella, sino que puede ser más distante (lumbar, ATM, alteraciones ginecológicas, etc.). La Kinesiología es una herramienta muy eficaz de diagnóstico que complementa a las técincas manuales empleadas. Se refiere a un conjunto de técnicas reflejas, cuyo objetivo es obtener la información del propio cuerpo, mediante test musculares que evalúan nuestro estado general: físico, químico y emocional.
El test muscular funciona como sistema de detección y comprobación del estrés. Los músculos no pueden responder de igual forma cuando están sometidos a una situación de estrés que cuando no es así. En condiciones normales, cuando un músculo está sometido a una situación de estrés no puede mantener su contracción y se debilita. También sucede lo contrario, que en situaciones de estrés, el músculo se tensa más, de forma que posteriormente difícilmente se relajará. Funciones tan básica como la respiración, deglución, circulación sanguínea, se realizan gracias a los músculos. Cualquier «estrés» va a afectar al funcionamiento de los músculos de una o de otra forma.
Para que, por ejemplo, podamos mover un brazo, no basta con que cada músculo esté fuerte en sí. Debe de estar emitiendo una correcta información respecto a su posición y estado y debe de recibir una correcta información neurológica que le indique las fibras que debe activar y las que relajar. Además, debe tener un correcto aporte sanguíneo, drenaje linfático, etc.
En un test muscular de kinesiología solicitamos que la persona contraiga un músculo determinado. De esta manera comprobamos si el músculo tiene una buena respuesta o no, es decir, si es capaz de mantener un nivel medio de fuerza y el resto de sistemas funciona correctamente. En caso negativo, deberemos buscar la causa que produce ese estrés. Para ello pondremos en contacto al músculo con diversos desequilibrios posibles (físicos, químicos o emocionales) y veremos cómo reacciona. Si la respuesta al test varía, habremos encontrado qué es lo que estresa al músculo y al organismo.
¿Cómo podemos relacionar entonces anatómicamente el test muscular con alteraciones de órganos, emociones o problemas químicos? Muy sencillo: los músculos y los órganos comparten la misma trayectoria de los nervios inervados al nivel correspondiente a través del foramen intervertebral y la médula espinal, y al testar un músculo, mediante esta relación, nos puede dar información del mal o buen funcionamiento de un órgano.
La Kinesiología Aplicada es una técnica muy efectiva y sin efectos secundarios. ¡Probadla y os sorprenderéis!