El dolor lumbar es un problema de salud cada vez más común entre nosotros. De hecho, más de la mitad de la población lo ha sufrido o sufrirá a lo largo de su vida. Además, cada vez aparece en edades más tempranas, debido al sedentarismo y las malas posturas continuas.
Nuestra columna no es recta, sino curvada en determinadas zonas. Es lo que denominamos lordosis y cifosis. La lordosis sería la incurvación de la columna hacia delante, y se suele encontrar en la región cervical y lumbar. En la región dorsal tenemos cifosis, que supone una ligera convexidad posterior de la columna.
Estas curvaturas aseguran una amortiguación y protección eficaz, así como una correcta movilidad y flexibilidad de la zona. La lordosis lumbar asegura la protección necesaria al disco intervertebral. Tanto un exceso de curva como un defecto pueden provocar alteraciones en la estática y como consecuencia de esto, patología y dolor (hernias discales, contracturas…).
La postura de sedestación (sentado) prolongada no hace trabajar a la musculatura y tiende a eliminar la lordosis fisiológica de la columna lumbar, pudiendo provocar lesiones a medio plazo. Una lesión no tiene por qué causarla un movimiento brusco, sino la postura que se ha ido adoptando a lo largo del tiempo, y ante un estímulo leve, aparecer la tan temida lesión.
La postura de bipedestación, sin embargo, favorece la protección de la columna lumbar, al mantener de forma activa la lordosis.
Siempre nos han aconsejado que para proteger la zona lumbar es muy importante mantener una musculatura abdominal adecuada. Pero a la hora de trabajar los abdominales debemos tener en cuenta que no todos los ejercicios son favorables. Los abdominales tradicionales tienen por objetivo fortalecer los llamados rectos abdominales. Pero estos músculos tienden a favorecer la flexión lumbar, y por tanto, perder la lordosis lumbar, provocando un mayor compromiso al disco intervertebral y riesgo de lesión.
Sin embargo, existe otro músculo, que es realmente el mayor protector y estabilizador del raquis lumbar, y a la vez, el gran olvidado, llamado el transverso del abdomen. Hay varias maneras de fortalecerlo, pero aquí os dejamos tres:
- Trabajo analítico o específico para el transverso del abdomen: en posición de cuadrupedia (a gatas) contraemos las vísceras manteniendo la lordosis lumbar de forma activa.
- Caminar como mínimo media hora diaria
- Realizar gimnasia abdominal hipopresiva
Debemos tener en cuenta la importancia de mantener una correcta postura a la hora de realizar cualquier ejercicio, esto es, manteniendo las curvas fisiológicas de forma activa y consciente para que nuestra espalda esté protegida en la ejecución de los movimientos. Así evitaremos lesiones innecesarias, y por supuesto, el dolor, manteniendo nuestra columna sana y fuerte.
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